Cuando algunas regiones rompieron sus v�nculos con C�rdoba y se proclamaron independientes, en Arag�n surgieron dos reinos: Albarrac�n, en el que se instalaron en 1012 una familia norteafricana de origen bereber, los BANU RACIN, y Zaragoza en 1018, donde segu�an manteniendo una gran influencia los Tuyib�es.

  El reino de Albarrac�n fue muy importante. Los Banu Raz�n se hab�an asentado  en una poderosa fortaleza. Permanecieron supeditados a la autoridad del califa hasta que �sta quedo en entredicho,  procediendo entonces a su  independencia del califato. 

  Su primer rey, Hudayl Ibn Ialaf, jefe de esta familia, quiso rodearse del lujo y ceremonial que ten�an los califas de C�rdoba, e introdujo las formas de decoraci�n, banquetes, vestimentas, etc. Una muestra es la referencia que existe a la adquisici�n de una esclava cantora por la que pag� tres mil dinares, unos cuatro kilos de oro.

  El reino de Albarrac�n fue el primero en independizarse, un reino entre las sierras y el llano, siendo sus reyes soberanos de la sierra y la llanura.

  Seg�n Allanegui, en la 2� mitad del siglo XIII hab�a sido reservado un espacio intramuros para ubicar a los mud�jares, as� el rey Pedro III conced�a en 1285 facilidades a los mud�jares que quisieran ir a poblar la morer�a de Teruel que qued� circunscrita en los alrededores de la puerta de Daroca, en torno a la mezquita y a la calle Andaquilla.  

  En las bodas importantes, los invitados no se seleccionaban por su religi6n, sino por su poder. Existen referencias a celebraciones nupciales cristianas donde acuden como invitados tanto los reyes y nobles castellanos y aragoneses como los de reinos taifas.

  Esta relaci�n genera un cierto eclecticismo en la moda del S. XIII. A menudo encontramos personajes que mezclan prendas propias de las distintas culturas: Moras con ropa cristiana, Juglares cristianos con prendas moras, etc...