MONJAS Y MONJES DEL
CÍSTER |
La Orden del Císter hace su presencia en Teruel cuando allá por el año
1164, un grupo de monjes procedentes de Poblet , pretende
establecerse en Cilleruelos (Cuevas Labradas), aunque seis meses
después, se trasladan y fundan el Monasterio de Piedra, que
extiende sus propiedades hasta Teruel, en donde existen varias
casas y propiedades en los alrededores de la capital, como
consta en el Archivo de la Catedral.
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Más directamente relacionado con la historia y leyenda de Los
Amantes, conocemos de la existencia de Pedro Garcés de Marcilla,
monje del Císter y futuro obispo de Albarracín y de Segorbe, que
fue el hermano menor de Juan Diego, nuestro “Amante”.
La Orden se dedica a tareas de agricultura, ganadería y de tipo artístico
y cultural (Cantigas, canto Gregoriano, etc.)
Junto al cenobio masculino era habitual el establecimiento de
otro femenino de ahí que en ciertos momentos del día compartamos
espacio y actividades con nuestras hermanas de la Orden, quienes
veneran las reliquias de Sta. Hildegarda
Los hábitos que vestimos hombres y mujeres están inspirados en cuadros e
iconos de la época, más concretamente en representaciones de San
Bernardo de Claraval (que tras la reforma de la Orden cambia el
hábito negro por el beig) y en Sta. Hildegarda de Bingen,
precursora de la Sección femenina en toda Europa.
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