Fundación Bodas de Isabel

 

 

    Inicio

 

Fundación Bodas de Isabel

 

 

    Inicio

 

Fundación Bodas de Isabel

 

    Inicio

 
                

 

Contacte con nostros

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Un día llegaron a Teruel dos peregrinos vestidos con toscos sayales.

  Cansados, hicieron un descanso en la margen del Turia y preguntaron a las gentes que si por allí les faltaba mucho para llegar a tierra de moros.

  Las gentes de Teruel indagaron a su vez quiénes eran y qué propósito les llevaba a dirigirse hacia la tierra de los enemigos de nuestra religión y ellos contestaron:

  Somos Juan y Pedro, humildes siervos de Cristo Nuestro Señor, y vamos a Valencia para convertir infieles.

  Admirados los de Teruel ante tal sencillez trataron de disuadirles de tan extraordinario propósito, haciéndoles ver los gravísimos peligros que en Valencia correrían. Les dijeron que el rey moro de Valencia, Ceit Abu Ceit, a quien los cristianos llamaban rey Azoto, era un fanático musulmán que les arrancaría la vida entre tormentos horrorosos.

  Juan y Pedro, sin embargo, escuchaban placenteros y entonces tuvieron la idea de convertir también al rey moro de Valencia.
 


Santos, pero que muy santos

  'Quedaos con nosotros siquiera unos días'

Les dijeron los turolenses en último intento para disuadirles.


  Y los dos venerables varones, acaso porque precisaran recuperarse tras las incontables jornadas de fatigosa marcha, o porque vieran allí mismo posibilidades en su labor misioneras - en el Teruel de entonces junto con la población cristiana vivían moros y judíos, los primeros en el barrio del arrabal o morería y los segundos dentro del mismo casco de la villa - aceptaron la proposición.

  Las gentes de Teruel oyeron por primera vez hablar de Francisco, el Pobrecito de Asís, el que dio sus bienes a los pobres, cuya paciencia y humildad, cuya bondad y mansedumbre ensalzaban los dos recién llegado – Juan de Perusa y Pedro de Saxoferrato – discípulos y compañeros del seráfico Maestro, que habían venido desde las lejanas tierras de Italis para predicar y convertir infieles.

  Los turolenses, admirados por una doctrina tan cristiana, llevada además a la práctica con tan hondo y arraigado fervor, cedieron a Juan y a Pedro un terreno en las márgenes del río Turia con propósito de conservarlos en Teruel.

  Ellos fundaron en aquel lugar un Santa casa con las reglas de la Orden Seráfica y ganaron prosélitos que, abandonado el mundo y sus placeres, gozaban en su humilde pobreza y predicaban ganando almas.

  En aquel año de 1217 se fundaron en Teruel las raíces y cimientos del Convento de San Francisco  que aún perdura.

  Varios años estuvieron Juan de Perusa y Pedro de Saxoferrato en Teruel, y considerando al fin que su misión entre los turolenses estaba ya cumplida tras haber implantado firmemente la Casa de la Orden de San Francisco en nuestra villa, volvieron a intentar el primitivo propósito que aquí les trajera y que nunca habían olvidado.

  Y un buen día partieron de Teruel dirección hacia Valencia.

  Allí, tras haber convertido muchos musulmanes a la Fe de Cristo, fueron apresados por orden del rey moro Ceit Abu Ceit, sufriendo ambos Santos el martirio en el año 1229.

  Pero el rey moro, años después, se convirtió al cristianismo, tal como los Santos Mártires le habían vaticinado.

  La ciudad de Teruel venera la memoria de los dos Santos Mártires San Juan de Perusa y San Pedro de Saxoferraro, fundadores del Convento de San Francisco y les tiene por Patronos de la ciudad.

 

btnAzulRed.gif (1156 bytes) Volver


Web oficial de la Fundación  'Bodas de Isabel de Segura'. Idea y  dirección Raquel Esteban - Teruel
Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa.
 

Web oficial de la Fundación  'Bodas de Isabel de Segura'. Idea y  dirección Raquel Esteban - Teruel
Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa.
 

Web oficial de la Fundación  'Bodas de Isabel de Segura'. Idea y  dirección Raquel Esteban - Teruel
Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa.