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Las primeras noticias que se tienen de un colectivo mud�jar en Teruel con cierta entidad aparecen en las Ordenanzas Concejiles de 1258. Y su arraigo en nuestra tierra lo demuestra el Privilegio que se extendi� a su favor el 2 de marzo de 1285 para permitirles comprar propiedades r�sticas y pagar solamente la mitad de la �pecha� establecida (impuesto). | |
LA MORER�A. En contra de la costumbre habitual en otras ciudades del Reino, y a pesar de la iniciativa real de Pedro III, la Morer�a turolense fue ubicada de acuerdo con el Concejo en el interior del recinto amurallado, en una zona llamada hoy d�a la �ANDAQUILLA�, top�nimo de la calle central de la antigua Morer�a. Todas las referencias documentales de la baja Edad Media la sit�an �... detr�s de San Mart�n, junto a la Puerta de Daroca, con casas adosadas a la Muralla ...�. Pero se extend�a tambi�n hacia las calles de San Bernad, Estudio y del Obispo, zona actualmente ocupada por calles como Amantes, Yag�e de Salas y San Mart�n. |
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Est� constatado que la Mezquita estaba sobre el suelo de la Biblioteca, en la Plaza del Seminario. |
Constitu�a
un espacio abierto integrado en el entramado f�sico de la Villa. Cristianos viv�an
en sus calles y musulmanes abr�an sus botigas (tiendas) hacia los barrios de la
cristiandad, algunos compraban y vend�an solares, incluso hay referencias de mujeres
en estos negocios como HARIZA en el Tozal y MERIEM en la Plaza
Mayor.
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MUJERES-POETISAS
MUDEJARES Todo ello viene a confirmar que en Teruel tambi�n hab�a mujeres de familias pr�speras, que pertenec�an a un estrato social compuesto por gentes acomodadas y de �mbito cortesano, que resid�an en n�cleos urbanos y de un origen �tnico muy diverso. |
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Muchas
de estas mujeres se dedicaban a lo que podr�a considerarse �cultura
profana�: poes�a, bellas artes, m�sica y canto. Otras a temas m�s
propiamente isl�micos: Cor�n, derecho o tradici�n prof�tica. Eran mujeres
�mud�jares� (por ser musulmanas que habitaban en territorio
cristiano) que paseaban libremente por calles y mercados, manten�an
conversaciones po�ticas y cient�ficas con hombres y gozaban de un grado de
libertad personal no usual para aquel tiempo. |
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La
presencia de una cultura femenina musulmana, por tanto, es obvia. Todo lo
relacionado con la vida de las mujeres, desde trabajos dom�sticos hasta la vida
sexual, pasando por la crianza de los hijos, el cuidado y adorno personal o
incluso las pr�cticas m�gicas, no pod�an dejar de llevar la impronta de una
sabidur�a acumulada y transmitida de modo oral, de madres a hijas. Ser�an las
portadoras de unas voces que la Historia oficial ha silenciado. |
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VESTIMENTA
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Wallada Bint Al-Mustakfi
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Teruel, octubre de 2001
Web oficial de la Fundaci�n 'Bodas de Isabel de Segura'. Idea y direcci�n Raquel Esteban - Teruel Prohibida la reproducci�n total o parcial sin autorizaci�n expresa. |
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