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"Oficio noble y bizarro, |
Nuestro grupo, conformado por los oficios �ladrilleros y tejeros as� como por los olleros�, a pesar de la modestia de su activad (artesanos de la arcilla) es de innegable importancia en la historia de la Ciudad. |
La
materia prima empleada --que encontramos en
perfecta simbiosis con nuestro entorno� una vez tratada mediante moldes y
�tiles artesanales da lugar al ladrillo de adobe y la teja de inconfundible
color ocre rojizo muy presente en todo nuestro patrimonio hist�rico: torres
mud�jares y resto de edificaciones de la �poca. |
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El gremio de �olleros�, aporta a la sociedad del siglo XIII determinados utensilios de uso cotidiano: vasijas, ollas, vasos, c�ntaros y recipientes varios dotados todos ellos de ricos dise�os, as� como una gran personalidad, que permanecen todav�a como muestra de ese rico legado.
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ORIGEN DE ESTAS ACTIVIDADES |
El Fuero de Teruel menciona la actividad de los maestros de tejas y ladrillos y la de los maestros de ollas y c�ntaros, confirm�ndose por tanto la producci�n de cer�mica destinada a construcci�n, as� como la del uso de cantarer�a de torno y oller�a vidriada e incluso, probablemente, la labor de producci�n manual dado que se cita la confecci�n de tinajas; estableci�ndose, para todas estas especialidades, medidas, precios y sanciones.
Continua el Fuero de Teruel refiri�ndose a estos oficios diciendo:
� Los tejeros y ladrilleros hagan tejas que tengan dos palmos de largo, un palmo y medio de ancho en la cabeza y en la parte estrecha haya un palmo y una mano y est�n cocidas de tal manera que no se rompan de ning�n modo ni por el hielo ni por la lluvia. La forma de los ladrillos tenga un palmo y medio de largo y un palmo de ancho, pero de grosor tenga dos dedos y est�n bien cocidos� �El Ollero que cueza mal las ollas, c�ntaros u otras vasijas de barro y se rompan por falta de cocci�n el ollero las pague. Se vendan por tantos dineros como cuartales tengan de capacidad y no m�s�- |
A estos datos documentales pueden a�adirse otras pruebas materiales de la temprana actividad de estos gremios que aportaron piezas cer�micas en la ciudad. Encontramos manifestaciones bicolores de origen andalus�, califal inicialmente en la vajilla, como almohade la moda de la aplicaci�n de piezas monocromas a la arquitectura mud�jar. As� los de esta especialidad vidriada en sus torres mud�jares (desde mediados del siglo XIII, con la de Sta.Mar�a de Mediavilla, erigida entre 1257-58), en la cual hallamos ya piezas monocromas verdes, moradas y meladas, todas vidriadas con un barniz de plomo coloreado por distintos �xidos, que avalan la existencia de una industria local anterior lo suficientemente importante para abastecer piezas y crear ese elemento ornamental del mud�jar turolense. |
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La de San Pedro, en construcci�n en 1319, repite id�ntica policrom�a. En la de San Mart�n acabada entre 1315-6 y el Salvador iniciada despu�s de 1277, se usan colores blancos logrados con barniz de esta�o. |
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Estas Torres mud�jares turolenses muestran el empleo de una cubierta blanca y colores verde y morado (cobre y manganeso), componentes en definitiva cl�sicos de su producci�n bicolor. |
DEL OFICIO Y LAS T�CNICAS EMPLEADAS |
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Habr�a que enumerar las muchas personas que participan en la producci�n, dentro o fuera del gremio.
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En
primer lugar los ladrilleros, tejeros y los olleros o alfareros que con sus
ayudantes (oficiales, aprendices) y familia realizaban todo el proceso de la
obra y gran parte de su distribuci�n y venta posterior. Despu�s a los
le�eros que tra�an el combustible y a quienes les ayudaban al transporte de
la arcilla, a los molineros que molturaban el barniz, as� como a los
arrieros y mercaderes que acarreaban y vend�an las piezas. El artesano se asentaba en el lugar donde encontraba la materia prima necesaria �la arcilla- hasta tal punto que la distribuci�n geogr�fica de los alfares guarda relaci�n con el hecho de tener tierras adecuadas. |
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Teruel es por ello un ejemplo de centros alfareros al poseer excelentes arcillas. |
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Cortado en trozos, pasaba al interior del obrador, deposit�ndose en un barrero del que se extra�an las cantidades necesarias para el trabajo diario. Esto requer�a todav�a extender la porci�n de barro a utilizar, durante la noche anterior, para que perdiera agua y estuviera listo para un nuevo amasado, pasando finalmente al torno para la elaboraci�n de la pieza. |
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El adobe es una ladrillo hecho
con barro que tiene tradicionalmente unos 25 x 30 x 10 cm. La mezcla ideal
contiene un 20% de arcilla y un 80% de arena. Estos materiales
mezclados con agua, adquieren una forma m�s fluida que permite volcarla en
formas de madera, Cuando parte del agua se evapora, el ladrillo es
capaz de sostenerse por s� mismo. Es entonces cuando se remueve la forma,
complet�ndose su secado al sol. A la paja se la considera com�nmente como parte esencial del ladrillo de adobe. Su uso se crey� importante para dar rigidez al adobe � evitar rajaduras al secarse. Lo cierto es que si la proporci�n de arcilla y arena es la correcta, no se la necesita. Si el adobe se raja al secarse es porque no tiene la suficiente arcilla. Muestra incomparable de construcci�n en adobe son las torres mud�jares de indudable belleza que no precisan de mayor comentario. |
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En cuanto a la teja, se emplearon igualmente moldes curvados, que dieron lugar al modelo tradicional , todav�a hoy empleado, que ha servido de cubierta en nuestras edificaciones desde hace siglos. |
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Para la realizaci�n de estos trabajos se ayudaban de un torno. Este era el tradicional de pie, compuesto de discos de madera y un eje vertical de madera � hierro El movimiento dado con el pie a la rueda inferior se transmite as� a trav�s de un �rbol vertical hasta la cabeza � disco alto, de modo que las manos del alfarero puedan actuar y, aprovechando la velocidad de rotaci�n transmitida, dar forma al objeto.
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Cuenta el artesano
con una serie de �tiles �instrumentos muy simples�que habr� de manejar:
desde el alba�al, que es un terrizo con agua donde humedecer� constantemente
las manos, hasta el caso � media escudilla, con el que da forma al fondo de
cuencos y platos; un trozo de cuero con el que alisa la superficie (la lamoja), una tajadera � trozo de ca�a con el que corta el fondo de algunas
piezas, una raidera y el hilo de cortar, que con exquisita precisi�n separa
la pieza del resto del barro. |
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Las Ordenanzas establec�an que algunas piezas, como los c�ntaros, se hicieran en dos veces; primero el cuerpo y luego, una vez aireado, sentar el cuello y asas para que quedaran firmes. En una segunda etapa se acabar�an soleros y repi�s y se pondr�an los vertedores, asideros � cualquier otro a�adido.
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Esencialmente hubo en Teruel dos tipos de hornos:
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-El de quemar � de barniz y el de cocer las piezas. El segundo era b�sicamente un horno de dos c�maras, tiro vertical y b�veda fija. Su planta cuadrada presentaba un piso inferior de combusti�n (la olla), con abertura a ras del suelo y desarrollo interno a mayor profundidad, que conten�a un hueco al fondo (la cueva) usado para depositar los ingredientes del barniz. | |
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Es por ello por lo que el grupo de �ladrilleros, tejeros y olleros� deb�a de ocupar un sitio en la fiesta, por m�ritos propios, por su actividad , por su aportaci�n a la ciudad muy presente en nuestras torres y monumentos, sin la cual no se comprender�a parte de su historia, de su entorno, sus monumentos, y sus tradiciones.
Un conjunto de amigos, con inquietudes comunes, --matrimonios con hijos la mayor parte�hemos tratado de que en un festejo de la importancia que va adquiriendo �Las Bodas de Isabel de Segura�, deb�a estar representado este grupo de artesanos, humilde y modesto, pero igualmente importante en ese momento hist�rico.
Nuestra vinculaci�n con la historia de los Amantes habla de una participaci�n en los festejos l�dicos que se llevaron a cabo a trav�s de diversos juegos y cuca�as para los peque�os que consist�an en vasijas de barro colgadas de una cuerda, o una gran olla, repletas de dulces que deb�an romper con los ojos vendados provistos de un palo, mientras la cuerda se hac�a subir y bajar para confundirlos.
Los recipientes de barro�tenajas, jarras y cuencos�utilizados en los fastos de la Boda, entre otros enseres, fueron parte asimismo de esta aportaci�n.
En las fechas se�aladas del mes de Febrero, nos reuniremos, con la alegr�a que nos caracteriza, en uno de los extremos de la glorieta y podr�is participar con nosotros, moldeando el barro en una artesa, intentando hacer una vasija mediante un torno medieval � su cocci�n en un peque�o horno, y sobre todo, trayendo a vuestros ni�os a jugar con las cuca�as repletas de dulces con las que festejaremos las Bodas de Isabel. |
Web oficial de la Fundaci�n 'Bodas de Isabel de Segura'. Idea y direcci�n Raquel Esteban - Teruel Prohibida la reproducci�n total o parcial sin autorizaci�n expresa. |
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